El día a día de un banco de sangre puede llegar a ser un verdadero quebradero de cabeza, y no solo porque el número de donaciones sea incierto. Por lo general, la sangre que recibe no suele transfundirse por completo a los pacientes, sino que se tiende a administrar el componente sanguíneo que cada persona necesita. Por eso, estos centros afrontan el reto de producir derivados de la sangre para satisfacer las demandas hospitalarias y las de los fabricantes de medicamentos. Un proceso de extrema complejidad, al que se suman los requerimientos impuestos por las normativas europeas para el control de la calidad de los productos finales.

Este también es el caso del Banco de Sangre y Tejidos de Navarra, si bien tiene algunas particularidades. «En la Comunidad foral, por ejemplo, hay una tasa de donación más alta que en otras regiones. Pero proveemos a dos grandes demandantes como el Hospital Universitario de Navarra y la Clínica Universidad de Navarra, que poseen importantes programas oncohematológicos. Por eso, la disponibilidad de hemoderivados como las plaquetas puede verse afectada de forma puntual», explica María Luisa Ayape, facultativa y responsable del Área de Procesamiento en el banco navarro.

En ese contexto, no es de extrañar que su entidad mostrase interés en la propuesta de Hemotic, una startup fundada en Olite y especializada en servicios de consultoría de Inteligencia Artificial (IA), ciencia de datos e informática para la medicina transfusional. «Fue el primer contacto profesional que hicimos después de nuestra creación», recuerda su fundadora, Irene Ayerra. Pero, debido a la situación generada por la pandemia, el proyecto tuvo que ser aplazado.

En abril de 2022, la tecnológica logró su primer hito al incorporar su softwareLhema, en el Banco de Sangre y Tejidos de Aragón. Una herramienta que ya ha dado resultados importantes en sus primeros meses de funcionamiento. «Es imposible que una persona tenga en su mente las donaciones que van a entrar, los grupos, cuántas plaquetas puede extraer, si va a haber algún cambio en las necesidades de los centros hospitalarios… Todo eso se puede gestionar con ayuda de un algoritmo que permita procesar datos y tomar mejores decisiones», señala Ayerra, quien desde entonces buscaba colaborar con el centro navarro.

De izda. a dcha., María Luisa Antelo y Marisa Ayape, del Banco de Sangre de Navarra, e Irene Ayerra.

Y no tardó en lograr su cometido. El pasado mes de febrero, la organización navarra retomó contacto con la startup para avanzar en esta misma línea. Eso sí, la colaboración va mucho más allá de implantar el software de gestión. «Somos una consultoría tecnológica con conocimiento de este ámbito en la salud. Por eso, hacemos un primer análisis para estudiar los datos de cada centro y, a partir de las conclusiones, planteamos incluso más mejoras a corto y a largo plazo desde el punto de vista tecnológico y digital», incide la emprendedora de Olite.

LOS OBJETIVOS

El Banco de Sangre y Tejidos de Navarra recibe dos tipos principales de donaciones: la de sangre completa, a su vez la más común, y la que se realiza por aféresis, una modalidad especial en la que al donante se le extraen de manera selectiva uno o varios componentes sanguíneos (glóbulos rojos, plasma o plaquetas). En el banco navarro se suele obtener plasma a través de esta última vía, un componente «clave» para la fabricación de tratamientos de toda índole.

Con la ayuda de la startup navarra, el centro pretende optimizar sus procesos para que la base de su producción provenga de las donaciones de sangre completa y, «dependiendo de la situación», poder redirigir los componentes obtenidos a través de la aféresis a hospitales o a la industria. En estos momentos, ya suministra al año unas 2.500 unidades a la primera línea y 24.000 a la segunda.

El Banco de Sangre de Navarra pretende mejorar su suministro a la industria farmacológica con la ayuda de Hemotic.

«Nos interesa aumentar el plasma que se deriva a la industria para atender a más pacientes. Por una parte, lo haremos a través de los servicios de Hemotic porque consideramos que la colaboración puede ser muy interesante. Pero también queremos animar a la gente a seguir donando, sobre todo por la vía de la aféresis. Da muchos beneficios a pacientes muy diferentes y es una forma de solidaridad que se puede mantener a lo largo del tiempo», señala María Luisa Antelo, responsable de Calidad en el centro. 

EL EQUIPO CRECE

Al mismo tiempo, Hemotic sigue apoyando en distintas iniciativas al centro aragonés. De hecho, este año se encuentra desarrollando un segundo software «a medida». «Tras implantar nuestro programa, el Banco de Sangre y Tejidos de Aragón no ha experimentado una ruptura de stock en plaquetas. El resultado es muy positivo. Es ilusionante que en menos de un año de trabajo ya nos hayan solicitado otro proyecto», valora Ayerra.

Tras lograr su segundo cliente, la startup navarra amplía sus horizontes no solo a nivel nacional, sino internacional. «Ya hemos hecho varios contactos fuera del país», avanza su promotora. Al mismo tiempo, está entrando en nuevos sectores en colaboración con otras startups y con la ayuda de programas de apoyo al emprendimiento. Por ejemplo, Hemotic fue adjudicataria dentro de Innova Local 2023, un programa organizado por Fundación La Caixa y Fundación Caja Navarra, gracias a un proyecto para dar acceso a nuevos servicios a los ciudadanos en Beire a través de la tecnología.

«Pero nuestro foco seguirá siendo la medicina transfusional. En esta línea, tenemos muchos productos en cartera que estarán listos en 2024. Queremos lanzar softwares distintos y seguir mejorando Lhema para alcanzar la donación personalizada. Con todo, esperamos ampliar nuestro equipo el año que viene», celebra la joven de Olite.